Editorial del Director

En la década del 60, tener una guitarra eléctrica era casi imposible para el común de la gente, pero yo la tuve... Un amigo llegó con la silueta de una guitarra en cartulina. Rápidamente fuimos a la barraca y compramos un trozo de raulí y cortamos con una sierra manual el contorno que nos quedó perfecto. Después de lijarlo cientos de veces, le pusimos los trastos y compramos en "Casa Amarilla" la cápsula que transformaba el sonido de las cuerdas para conectarlo a un amplificador, que por supuesto no teníamos. En mi casa había una gran radio electrola Rca Victor que en su parte posterior tenía una conexión para micrófono, conectamos la guitarra y por el parlante sonaron unas notas estridentes y la primera canción que se nos ocurrió fue "Satisfaction" de los Rolling Stones. El punteo sonaba distorsionado por el parlante que era de mala calidad, pero eso le daba un sonido igual a la guitarra de los Stones y alguien presa de entusiasmo dijo que era mejor nuestro sonido... Hoy de esa guitarra no queda nada, solamente una silueta en la muralla de un viejo garage de Valparaíso en que la pintamos con bombas para echar tanax a las moscas. Viva el ingenio, vivan los Rolling Stones.